Jacques Henri Lartigue

Jaques Henri Lartigue quería ser pintor, no fotógrafo, pintor. Quizá esa sea una de las cosas interesantes en su obra, ya que con sus fotografías no estaba buscando un fin comercial o económico, sino que estaba captando lo que le apetecía, lo que le hacía sentir feliz.

Una de sus frases más conocidas y seguramente la que resume mejor toda su trayectoria dice “desde niño padezco una especie de enfermedad: todas las cosas que me maravillan se escapan sin que pueda guardarlas lo suficiente en la memoria”. Este afán por congelar cada instante de felicidad, cada vivencia o experiencia desde su niñez hasta su etapa de madurez es una constante en su obra, podríamos hablar casi de una especie de registro fotográfico, al que acompañaban una especie de diarios explicativos sobre quienes salían en las fotografías, o en que lugares habían sido tomadas etc.

La felicidad, la memoria, la fragilidad de dicha felicidad que puede durar sólo un instante, son temas que utiliza en  sus fotografías como un mago que trata de congelar el tiempo. Otros de sus temas serían las mujeres fotografiadas en un primer momento de una forma tímida y distante desde un punto de vista bajo, y ya en su etapa de juventud o madurez este miedo desaparece. Otro de los temas es la velocidad, el mundo del motor, las carreras de coches, la aviación, los deportes, él mismo afirma “la vida es algo maravilloso que baila, salta, vuela, ríe y pasa”.

Un mundo flotante. Fotografías de Jacques Henri Lartigue (1894 – 1986) es la exposición dedicada a este magnífico artista francés, que podemos ver en el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa. La exposición está organizada por la Fundación Jacques Henri Lartigue y la Obra Social “la Caixa” y pasó por diferentes ciudades españolas antes de llegar a Coruña donde podremos verla hasta el 3 de febrero de 2013. En esta exposición podemos ver numerosas fotografías realizadas por Lartigue desde su infancia hasta su vejez, estas fotografías no siguen un eje cronológico, sino temático, son tanto copias modernas e instantáneas originales y también numerosos ejemplares de fotografías estereoscópicas. También podemos ver una interesante película “casera” filmada por Lartigue en la que los protagonistas eran sus familiares. Quizás una de las cosas que se puede echar en falta en esta exposición es que en las demás ciudades además de las fotografías,  también se podían ver  alguno de sus diarios y sus cámaras fotográficas.

Lartigue era un niño que tenía una salud delicada, y esto fue uno de los motivos fundamentales por los que insiste continuamente en sus obras, en esa fugacidad de la felicidad, quería disfrutar de la vida en cada instante, de hecho pasó por numerosos momentos históricos y sociales muy  importantes como las Guerras Mundiales y sin embargo nada de ese ambiente se deja traslucir en sus imágenes, siempre muestra la vida de sus familiares o amigos de clase alta, sus juegos, viajes… pero nunca  hay una imagen triste o desagradable.

Otra de las características fundamentales de este magnífico fotógrafo es su modernidad, cuando estás enfrente de alguna de sus fotografías se te olvida la época en la que fueron tomadas, a veces parecen sacadas hace solo un instante y es que utiliza encuadres muy novedosos, a veces descentrados, o desde un punto de vista muy bajo etc.

Jaques Henri Lartigue es un fotógrafo que llega al espectador, transmite  exactamente lo que quiere: felicidad. Todo el mundo debe ver la exposición de Lartigue ya que por un instante  te olvidas de la época en la que estás y sientes que formas parte de sus instantes de felicidad, que aunque efímeros y aunque solo sea por un segundo te hacen desconectar y sentir la velocidad, el amor o simplemente la amistad.

Más información:
Web
Wikipedia
Lartigue en elangelcaido.org
Artículo en hoyesarte.com (con vídeo)
Artículo en photography-now.net
Reportaje sobre su obra (vídeo)